“RUBAIYAT, O PAIS TROPICAL”
By Raquel HH for Vidaaustera.com
Rubaiyat es un regalo a los sentidos, a la vista, al oído y en especial al paladar del exquisito gastrónomo que disfrute tanto, con delicados manjares como con rústicos sabores que evocan paisajes exóticos.
El menú, estaba compuesto por multitud de delicatesen brasileiras que uno se servía según deseaba, a modo buffet। Mientras tanto una orquesta carioca, amenizaba a los comensales que disfrutaban de aquel torbellino de sorprendentes condimentos।
Desde judías de la Hacienda, pasando por arroz salvaje, chorizo frito y demás dignas carnes. Acompañado todo ello por un extraordinario vino carmín de Pesquera, elegido de una extensa carta por Guillermo.
Justo en la mitad del almuerzo, Cándido, dueño del célebre restaurante Segoviano que lleva también su nombre, nos deleitó con su fabulosa performance, de partir el cochinillo con un plato para así verificar la ternura de la carne।
La performance finiquitaba con la rotura del plato que tenía una explicación un tanto insólita। El abuelo de Cándido a menudo partía, frente a su público, el cochinillo con el borde del plato y en una ocasión, teniendo las manos engrasadas, el plato se le escurrió de las manos, cayendo estrepitosamente al suelo। La masa enfervorizada, aplaudió poseída por un descomunal entusiasmo, por lo que aquella rotura se convirtió en una de las más rentables de la historia y se incorporó como el punto álgido del show।
De postre, pudimos disfrutar de unas deliciosas tejas de almendra y unas trufas de chocolate blanco que se deshacían en las bocas de todo aquel que las probaba। La comida finalizó, con una aromática y fuerte Caipirinha que al igual que el carnaval, resultó ser tan apasionante como embriagadora.
¡Amo muito todo eso!
Fotos : Atrovent
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